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Conocí la tradicional fiesta religiosa  ”Fiesta Grande de Tarija” al sur de Bolivia, en el 2014, que tiene a San Roque como protector. Los miles de promesantes, que reciben el nombre de "chunchos", invaden las calles con sus trajes coloridos, danzando al son repetitivo de tambores y flechas, muchos con lágrimas sinceras de devoción y agradecimiento por las promesas cumplidas, esas fueron experiencias que me inundaron el alma y tomaron control de mis pinceles, es así como me convertí en un pintor promesante.

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A través del arte año a año exploro esta devoción y tradición, al igual que los fieles peregrinos, en el mes de la festividad realizo una serie de obras sin importar el lugar donde me encuentre, esa es mi promesa. Para mí no es cuestión de religión sino es una manifestación de energía que se siente y una expresión libre de fe, más allá de ser cultural es algo espiritual, esta experiencia marcó mi arte.

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